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La Mezuzá (del hebreo מְזוּזָה, «jamba de la puerta»↑; plural mezuzot) es un pergamino que tiene escrito dos versículos de la Torá; se encuentra albergado en una caja o receptáculo que es adherido a la jamba o marco derecha de los pórticos de las casas y ciudades judías.
El judaísmo no es una fe confinada a las sinagogas. Dentro de la comodidad y la familiaridad de sus hogares, también se esfuerzan por lograr espiritualidad. Una Mezuzá colocada en el marco de la puerta señala al hogar como judío, recordando la conexión con Dios y herencia.
Una Mezuzá no es, contrariamente a la creencia popular, el envase externo. La Mezuzá es realmente el rollo de pergamino que hay dentro, manuscrito por un escriba experto conocido como Sofer. Contiene el «Shemá» que es un pasaje bíblico que declara la unicidad de Dios y la dedicación del pueblo judío al Todopoderoso. La Mezuzá se cubre con un envoltorio o una cajita de cristal, madera, metal o de cualquier otro material y, luego de recitar la bendición, se coloca sobre el marco de la puerta.
Además de su función como manifiesto recordatorio de la fe judía, la Mezuzá es también un símbolo de la cuidadosa vigilancia de Dios sobre la casa y sus habitantes. El nombre de Dios, Sha-dai, que aparece en el dorso del pergamino son las siglas para las palabras hebreas (Shomer Daltot Israel «guardián de las puertas de Israel.» La colocación de una Mezuzá en las puertas de un hogar o de una oficina protege a sus habitantes, si están adentro e incluso afuera.
Se hace reverencia hacia la Mezuzá tocándola con las yemas de los dedos y besándola al pasar a través de una puerta con una Mezuzá.
Con la observancia de esta Mitzvá (mandamiento divino) introducimos una medida de espiritualidad y de seguridad en nuestros hogares.
La Torá también promete que cualquier persona que observa cuidadosamente la Mitzvá de Mezuzá vivirá una vida más larga y rica, junto a sus hijos; como indica el texto en Deuteronomio 11:21: «De modo que prolonguéis vuestros días y los días de vuestros hijos… «
En realidad, una mezuzá es un recordatorio diario y una declaración pública de la identidad y fe judía.
Los judíos desean que su mundo privado refleje los ideales de Dios, entonces tratan de protegerlo del mundo exterior en el punto de conexión: La puerta. Esto significa monitorear el contenido de los libros, juegos y videos que se pone frente a sus niños y frente a ellos mismos.
Tener una mezuzá en cada habitación también significa que cuando nos movemos de un dominio a otro, de una esfera de actividad a otra, debemos renovar nuestra conciencia de la presencia de Dios y actuar de una manera que santifique Su Nombre.
Una vez aprendida, la lección va más allá de nuestro hogar, llegando a todas las áreas de nuestra vida. Al igual que una casa tiene su entrada, nosotros también tenemos ojos, oídos, nariz y boca – portales de conexión con el mundo externo. Los valores de la Torá piden que nuestras bocas coman comida casher y hablen “palabrascasher”, que nuestros oídos no escuchen chismes, que nuestros ojos no vayan detrás de deseos vacíos.
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