[fusion_builder_container hundred_percent=»yes» overflow=»visible»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ layout=»1_1″ last=»yes» spacing=»yes» center_content=»no» hide_on_mobile=»no» background_color=»» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» background_position=»left top» hover_type=»none» link=»» border_position=»all» border_size=»0px» border_color=»» border_style=»» padding=»» margin_top=»» margin_bottom=»» animation_type=»» animation_direction=»» animation_speed=»0.1″ animation_offset=»» class=»» id=»» min_height=»»][fusion_text]Viacrucis es la meditación de los momentos y sufrimientos vividos por Jesús desde que fue hecho prisionero hasta su muerte en la cruz y posterior resurrección. Literalmente, significa «camino de la cruz». Al rezarlo, recordamos con amor y agradecimiento lo mucho que Jesús sufrió por salvar al mundo del pecado durante su pasión y muerte. Dicho camino se representa mediante 14 imágenes de la Pasión que se llaman «estaciones».
Cada estación representa una promesa para los devotos del Vía Crucis, las cuales se detallan a continuación:
- Yo concederé todo cuanto se me pidiere con fe, durante el rezo del Vía Crucis.
- Yo prometo la vida eterna a los que, de vez en cuando, se aplican a rezar el Vía Crucis.
- Durante la vida, yo les acompañaré en todo lugar y tendrán Mi ayuda especial en la hora de la muerte.
- Aunque tengan más pecados que las hojas de las hierbas que crece en los campos, y más que los granos de arena en el mar, todos serán borrados por medio de esta devoción al Via Crucis. (Nota: Esta devoción no elimina la obligación de confesar los pecados mortales. Se debe confesar antes de recibir la Santa Comunión.)
- Los que acostumbran rezar el via crucis frecuentemente, gozarán de una gloria extraordinaria en el cielo.
- Después de la muerte, si estos devotos llegasen al purgatorio, Yo los libraré de ese lugar de expiación, el primer martes o viernes después de morir.
- Yo bendeciré a estas almas cada vez que rezan el Via Crucis; y mi bendición les acompañará en todas partes de la tierra. Después de la muerte, gozarán de esta bendición en el Cielo, por toda la eternidad.
- A la hora de la muerte, no permitiré que sean sujetos a la tentación del demonio. Al espíritu maligno le despojaré de todo poder sobre estas almas. Así podrán reposar tranquilamente en mis brazos.
- Si rezan con verdadero amor, serán altamente premiados. Es decir, convertiré a cada una de estas almas en Copón viviente, donde me complaceré en derramar mi gracia.
- Fijaré la mirada de mis ojos sobre aquellas almas que rezan el via crucis con frecuencia y Mis Manos estarán siempre abiertas para protegerlas.
- Así como yo fui clavado en la cruz, igualmente estaré siempre muy unido a los que me honran, con el rezo frecuente del vía crucis.
- Los devotos del vía Crucis nunca se separarán de mí porque Yo les daré la gracia de jamás cometer un pecado mortal.
- En la hora de la muerte, Yo les consolaré con mi presencia, e iremos juntos al cielo. La muerte será dulce para todos los que me han honrado durante la vida con el rezo del vía Crucis
- Para estos devotos del viacrucis, Mi alma será un escudo de protección que siempre les prestará auxilio cuando recurran a Mí.
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